Centro de Salud Sutullena

Color

“Sensación producida por los rayos luminosos que impresionan los órganos visuales y que depende de la longitud de onda.

Carácter peculiar de algunas cosas”.

Tanto han cambiado los procesos en la arquitectura, que el tiempo es un lujo. Lujo en cuanto a poder de decisión, frente a los complejos mecanismos de control. Ante estos, aún perviven elementos intangibles como el color, en donde la ausencia en los protocolos o las normativas, aún nos conceden grados de libertad. En nuestro caso, el tiempo transcurrido en la ejecución de la obra, fue el determinante para que el color de las lamas emanara de todos los atardeceres que nos acompañaban. Lorca “ciudad del sol”, reza un eslogan.

Cuando el urbanismo esta por hacer…. Una inmensa parcela, con una pequeña fachada a vial rodado de un único sentido, una conexión puntual de una calle sin salida, y el único atisbo de sensatez, un parque lineal que recorre todo el plan parcial en el que se ubica el emplazamiento, cuyo inicio/final es el emplazamiento propuesto.

La hipertrofia del programa. Un programa desmedido, un híbrido sanitario con tres usos independientes, y necesidades dispares. El programa impone y a la vez resuelve. 061 y urgencias sólo pueden ubicarse en el único vial rodado. El centro de salud tendrá su acceso frente al jardín, y para ello se crea un nuevo vial de acceso. Quizás el único inconveniente es que el programa colmata la parcela en planta baja. Un patio lineal ordena el programa de la planta superior del centro de salud, intenta configurar un volumen reconocible frente a la disparidad de la cota cero.

El hormigón visto con acabado de tabla y lamas doradas envuelven el centro de salud. La minionda de color blanco envuelve el resto de los programas. Cada uno resuelve los accesos con los gestos del hormigón. El interior neutro, desmaterializando los pilares en dos caras, y un gran mirador en la sala de espera superior a la imagen de la memoria de Lorca, a su castillo.