Roldán es una pedanía de Torre Pacheco de nada más y nada menos que 7.300 habitantes. En esta población existía un Centro Cívico que por su antigüedad y aspecto había caído en el olvido y el desuso. El ayuntamiento consciente de esta carencia convocó un concurso para la rehabilitación integral del mismo, y el proyecto es el fruto de la propuesta ganadora. Con el tiempo, además el proyecto realizado fue admitido en la convocatoria del PIREP por su carácter de rehabilitación de lo existente, así como por la mejora en la eficiencia energética que ya es inherente a una nueva concepción de nuestro quehacer profesional. Las estrategias que se desarrollaron para generar el proyecto fueron las siguientes:

Condensador Social.

El centro cívico pretende convertirse en un nuevo condensador social a modo de espacio público integrado en el entorno; así como de dinamizador y promotor de la autogestión del equipamiento, que permita a los vecinos ser autónomos en el desarrollo de su actividad. Mediante esta iniciativa Roldán se verán dotado de espacios socioculturales y de proximidad para promover las actividades y las iniciativas de las entidades sociales, culturales y vecinales, mejorando la calidad de vida de la ciudadanía al facilitarles nuevos espacios que les permitan trabajar de manera conjunta y participativa en la mejoría del pueblo, satisfacer las necesidades socioeducativas y socioculturales del conjunto de sus habitantes, así como convertirse en un punto de referencia a la hora de implementar programas municipales de Servicios a las Personas y al Territorio específicos para este pueblo de manera más eficaz y en colaboración con los actores del territorio.

Doble piel.

La imagen actual del centro no se corresponde con la de un lugar con vocación de convertirse en referencia social y cultural del pueblo. Se plantea la colocación de una segunda piel con doble función: dar una nueva imagen actualizada al centro y conseguir una mejora de la eficiencia, generando inercia en el edificio y espesor en los huecos, generando umbrales.

Separación de usos.

Se considera necesaria una intervención en la función del edificio para poder disponer de dos espacios diferenciados, que no se interfieran y que no sean excluyentes. A través de un espacio pasante de acceso se divide el centro en un espacio vecinal, de eventos puntuales y un espacio multiusos de uso ininterrumpido.

Plaza Intergeneracional.

Se produce un contraste en el juego de pieles del centro, rehabilitando el espacio exterior para posibilitar las relaciones entre centro de día y el centro cívico. El juego de la piel de fachada expresa la singularidad del lugar apoyando los valores de identidad que allí se pueden generar.

Espacio Roldán.

El escenario principal se amplía para permitir un uso más cómodo. Se dota de un nuevo acceso desde un renovado espacio público que permite una llegada más amable, así como la posibilidad de utilizarlo para diferentes usos como el de tomar un aperitivo previo a una graduación, actuación de flamenco, de teatro o una reunión vecinal.

Intercambio Social

En la coyuntura de encontrar dos centros vinculados a dos franjas de edad dispares se hace importante poder generar lugares de convivencia entre ambos que canalicen las relaciones a un ámbito de familiaridad.

Espacio Multiusos

La piel exterior penetra en el edificio, configurando las diferentes funciones y dotando los espacios. Podemos acondicionar los interiores sin necesidad de dedicarlos a una sola actividad, lo que alarga la vida funcional del centro pudiendo cambiar sus usos en un momento dado.

Al aire libre.

Este espacio exterior tiene la ventaja de poder funcionar como extensión del centro una vez acondicionado, lo que permite sacar al exterior actividades que reactiven la zona cuando el tiempo acompaña, por ejemplo, las noches de verano.