Arquitectos:
López+Aroca Arquitectos
José María López Martínez
Edith Aroca Vicente
Arquitecto Técnico:
José Andrés Guzmán Asensio
José Antonio Hernández Martínez
Colaboradores:
José Fco. García Martín, arquitecto
Manuel Ramos Marín. ing. tec. industrial
Promotor:
Consejería de Sanidad y Bienestar Social de la CARM
Contratista:
La Generala S.L.
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“Cubrir un objeto parcial o totalmente, ciñéndolo de tela, papel u otra cosa análoga.
Dicho de una cosa: Rodear a otra por todas sus partes.”
¿Cómo hacer ciudad cuando ésta aún no se ha construido? Quizás una de las reflexiones de importancia que se plantea cuando hay que proyectar una infraestructura local es como relacionarse con los usuarios y como contribuimos a generar barrio o espacio público. De entrada, el emplazamiento del que disponía la Consejería era una parcela dentro del gran vacío provocado por el traslado de las cocheras de los autobuses urbanos. Sin apenas referentes más que el vacío y sin una hipótesis de futuro.
Lidiar con la rigidez del programa… Este se muestra en su cara más áspera, en la faceta de un proceso fabril, que deja poco margen a lo propositivo. La lógica sanitaria ordena los usos en dos plantas, que prácticamente colmatan la parcela. El programa utiliza la disposición en peine, tan manida en la arquitectura sanitaria, y como resultado obtenemos un volumen compacto de dos plantas con dos patios-fisura.
“Los cofres son capaces de mostrar desde su forma y ornamento el valor del contenido. Como si el recipiente se constituyera en fachada de un interior que no debe ser sino insinuado. Porque todo cofre es cofre del tesoro, y sus herrajes, cerraduras y materia hacen referencia a un interior del que reciben sentido.
Todo cofre pone de manifiesto que existe algo a preservar de una latente amenaza exterior y que ese recubrimiento debe significarse inexpugnable y permanente. En el cofre podemos encontrar una teoría encubierta de la interioridad y del ornamento. Por eso resulta palpable la conexión entre la estrategia de encofrar y la tipología de la casa, de la biblioteca y del banco”. Santiago de Molina.
Una envolvente de lamas conforma el edificio en todas sus caras. Tan sólo dos gestos interrumpen las lamas, el acceso principal, y el desembarco de las escaleras en los testeros. Un fondo azul, como el cielo que rodea todos los días al edificio, contrasta con el blanco de las lamas.
Plaza Raimundo González Frutos 2, 1 C, 30001 Murcia