Centro de Ocio La Manga

La Manga del Mar Menor
2004

Situación:

La Manga del Mar Menor, San Javier

Arquitectos:

José María López Martínez

Manuel A. Ródenas López

Aparejador:

Patricia Gabarrón Sánchez

Colaboradores:

Edith Aroca Vicente, arquitecto

Iluminación FCLD

Promotor:

Mancomunidad Turística del Mar Menor

Fotógrafo:

David Frutos

¿Dónde está la cultura?

¿Dónde está la aventura?

Qué no se vayan las ganas de travesura.

Dónde están todas esas cosas que sin envolverlas ya eran preciosas.

Dónde está ese color que un día me enamoró, se ha fugado con algún talonario.

Reciclar el Paisaje.

La Concejalía de Turismo de San Javier nos propuso una consulta sobre posibilidades para eliminar la estacionalidad en el turismo en Santiago de La Ribera. La estrechez de los pasos peatonales y de la franja de arena que conforma la playa imposibilitaban cualquier actuación. Plantear la antigua estrategia de los balnearios adentrándonos en el mar se convertía en un farragoso proceso legal. Pero quedaban unos colectores de pluviales que sin quererlo estaban estratégicamente bien situados y en una posición privilegiada mitad en la arena, mitad en el mar. Esta situación de las playas de La Ribera nos hacía pensar que la estrategia de intervención debía ser la de el reciclaje. Esta condición dotaba a los colectores como plataformas ideales para nuestra propuesta y el programa de necesidades de la concejalía.

Se planteó la construcción del Centro de Ocio como pieza centralizadora de diversas actividades de ocio y educativas que no tenían que darse necesariamente en su interior. Pieza contenedora de actividades y plataforma de reactivación de la imagen y promoción turísticas de la zona que nace como posible germen de otras actuaciones, en otros lugares, con idéntica lectura. Se partió de un programa ambiguo y elástico atado por una terraza: tienda-info, aulas, aseo y bar, para desarrollar actividades deportivas, aula de la naturaleza, y centralización de todas las actividades que se desarrollan en la playa. La feliz aparición de un proyecto de paseo marítimo, tan de moda últimamente, acabó con el reciclaje y la estacionalidad.

En un lugar de La Manga.

Con esta película Manolo Escobar inicia su estrellato acompañado de su canción “Mi carro“. Tal y como se aprecia en la película La Manga era un lugar maravilloso, casi paradisíaco. Arquitectónicamente en su etapa estelar, dunas de arena y dos mares, acompañando a Bonet Castellana. Esta película marca el inicio de la vulgaridad y la especulación, donde a Manolo Escobar le robaron “su carro“ y al resto para siempre el paisaje.

Un nuevo emplazamiento y un presupuesto de 60.000 euros. Una “tierra de nadie” sin delimitar, donde la existencia del mar a ambos lados constituye la única certeza. El intenso sol, la suave brisa y una soledad impuesta por el entorno acaban por dibujar unos condicionantes que la pieza debe asumir y resolver. Fuera, un contenedor troquelado orientado hacia los dos mares, compuesto por un armazón de acero galvanizado preparado en taller y una carcasa protectora y permeable de panel fenólico, reservan un espacio en cuyo interior puede cristalizar el programa. Dentro, una piel de vidrio y vinilo de color abraza las estancias adaptando su forma a las necesidades de cada uso. El ritmo de la estructura facilita su ejecución. La colocación del panelado, en piezas moduladas pero repartidas de forma aleatoria en todas las caras, facilita una lectura más permeable y menos rígida de la pieza. En una de las caras, el panelado se “densifica” en un extremo, marcando el acceso y sirviendo de soporte al programa de actividades, rótulos, etc…